En el municipio las fallas más renombradas ocurren en Laspaúles, Villarrué y Suils. El encendido de la hoguera en un tozal, punto alto sobre la población, deriva en la bajada al núcleo de casas en un camino iluminado por las fallas hechas anteriormente por cada casa en una tradición heredada de padre a hijos, de abuelos a nietos. La hierba seca se impregna de la llama para encender la noche en una danza que desemboca en una celebración alrededor del fuego que reposa manso en la plaza donde se suceden los bailes, la petición de deseos y la cena popular de hermanamiento con la que se da la bienvenida al verano.